(Fotografía: Miguel Muñiz) |
Siempre hay una cruz en cada fin del mundo, que separa el más allá del más acá.
En el mar acaba la tierra. Allí donde las huellas se convierten en estelas. "Caminante, no hay camino, sino estelas en la mar".
Peregrino, es hora de volver al Camino de la Vida.
En la cruz de cada fin del mundo, comienza el verdadero Camino.
Junto al mar, siempre junto al mar.
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