Pensamientos, reflexiones, experiencias, historias y vivencias acerca del Camino de Santiago

Siempre hacia delante

Resuelven las incógnitas en cada encrucijada. En el suelo, en una piedra, en el tronco de un árbol, sobre un muro, en una señal a pie de carretera, en un mojón de distancias o en otro que no marca la distancia, en el poste de luz, en la verja, en la farola, en el asfalto... Resolviendo incógnitas, marcando caminos, guiando pasos, deshaciendo dudas...

Alivia encontrarlas cuando crees haberte extraviado. Inquieta no verlas después de muchos pasos, síntoma casi inequívoco de haber equivocado la ruta, de andar perdido por caminos que no son el tuyo. Cuando ello ocurre, es preciso retroceder sobre los propios pasos. Hasta que vuelves a encontrar la flecha que no viste y que indica siempre un camino hacia delante.

Cada flecha amarilla es una invitación a seguir adelante. No hay flechas que te hagan parar y dar la vuelta, desandar lo andado, desvivir lo vivido. Cada flecha guía hacia una nueva ruta, hacia un nuevo paisaje, hacia un nuevo territorio aún pendiente de ser transitado. El hombre viejo va quedando en el Camino. Cada flecha marca el rumbo al hombre nuevo.

No están ahí por arte de magia ni por obra divina. Fueron manos peregrinas quienes las pintaron para guiar a otros. Manos que se encargaron de que otros pudiéramos descubrir el camino correcto, la senda precisa. Manos que resolvieron las incógnitas de cada encrucijada.

El Camino interior no tiene flechas amarillas dibujadas. De repente, te descubres perdido o andando sin rumbo o en la encrucijada irresoluble de escoger un sendero sin saber dónde te lleva. Fuera, sí que existen. Las puso alguien para guiar los pasos por un camino de todos.

El propio también precisa de sus flechas. Yo las voy dibujando poco a poco. En el suelo, en una piedra, en el tronco de un árbol, sobre un muro, en una señal a pie de carretera, en un mojón de distancias o en otro que no marca la distancia, en el poste de luz, en la verja, en la farola, en el asfalto... del alma... Resolviendo incógnitas, marcando caminos, guiando pasos, deshaciendo dudas... No para ir donde quiero sino para llegar donde necesito...

Y tal vez, algún día, mis flechas amarillas inviten a otros a seguir hacia delante, a elegir el camino correcto que les lleve a encontrar su propio Camino y a pintar sus propias flechas.

Siempre hacia delante...

(Fotografía: La Compostela-Community.- http://www.lacompostela.com/)

No hay comentarios :

Publicar un comentario