Allí terminan los pasos que un día comenzaste en un allá del que partiste, cuando Santiago era entonces el más allá y el más arriba –ultreia et suseia-, destino y meta, la Ítaca de un camino largo, de un hermoso viaje, siempre en la mente y en el alma. Y allí llegaste, como llegaron tantos, cada cual una historia, cada cual un sueño intransferible, cada cual un mundo. En aquella plaza infinita caben todo el mundo y todos los mundos peregrinos. Epicentro de todas las emociones. Kilómetro cero del Camino que comienza cuando acabas tu Camino. Allí comienzan los pasos que te llevan más allá y más arriba –ultreia et suseia- al Obradoiro del Camino de la Vida.
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