Pensamientos, reflexiones, experiencias, historias y vivencias acerca del Camino de Santiago

Hacer la mochila

Hacer una mochila es un ejercicio filosófico. Elegir algunas cosas. Renunciar a otras. Aligerar la carga. Vaciarse para dar lugar a nuevas experiencias. Desapegarse. Intuir adversidades. Correr riesgos. Estar en situación de perderlo todo.

La primera vez que hacemos una mochila la llenamos de cosas prescindibles. Llevamos quince prendas y usamos dos. Cargamos diez libros pero leemos uno. Al llegar a destino hay tantos objetos de más que difícilmente encontremos algo. Si buscamos el repelente aparecen las pastillas para el dolor de garganta. Si necesitamos algodón nos topamos con las polainas. Hacer las mochilas también forma parte del viaje. Es un arte, y de los más arduos. Aunque no iniciemos un viaje, todos deberíamos hacer una mochila de vez en cuando. Prescindir de lo superfluo e introducir en ella lo que más nos importa en la vida: los afectos, las experiencias que repetiríamos una y otra vez, los ideales, la música, los aromas, los sabores, los pequeños gestos.

Y no deberíamos perderla de vista. Ninguna otra persona nos la puede robar. Yo todavía no aprendí a hacer bien una mochila. Pero la de este año es mejor que la del anterior. Tiene menos objetos, más espacio. Hacer las mochilas también forma parte del viaje. Es un arte, y de los más arduos. Platón sugirió que filosofar es aprender a morir. Mejor sería que consistiera en hacer bien una mochila. 

ROXANA KREIMER

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