Algo de nuestro propio misterio se funde con todos los misterios del Camino. Y allí queda, eternizándose en todos los lugares donde sentimos la magia de todos sus misterios fundidos con el nuestro. El Camino nos vuelve mágicos. Y nos hace descubrir nuestros propios misterios. Por eso no es posible sentir la plenitud de ser peregrino si no se cree en la magia de los misterios del Camino.
Pensamientos, reflexiones, experiencias, historias y vivencias acerca del Camino de Santiago
Amanece en el Camino
De repente, el cielo se vuelve naranja y gris y ocre y violeta. Desaparece el negro, reviven los celestes. Se disipan las sombras de la noche. Nace el día. Amanece en el Camino. El sol comienza su andadura. De este a oeste. Como cualquier peregrino...
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