Puente que nos lleva de los sueños a la magia,
atravesando el río de aguas ensombrecidas de nuestra propia existencia. Amo los
puentes que acortan distancias, que permiten el paso, que me llevan al otro
lado donde el Camino continúa. Puente que es Camino porque el Camino se hizo
construyendo puentes. Puente que tiembla al cruzarlo, como si palpitara
fuertemente su corazón de piedra. Puente de nadie y de todos, puente mío.
Atravesado de parte a parte. Por debajo, te atraviesa un río, fugitivo y libre.
Por arriba, el alma de un peregrino. Fugitiva y Libre.