"No sabía muy bien por qué se llamaba Monte do Gozo, pero cuando llegué a su cumbre lo entendí todo. Era increíble. Allá a lo lejos se ve la ciudad de Santiago, se pueden distinguir las torres de la Catedral. Lo que siento dentro de mi no lo puedo explicar. Me siento en medio del camino. Quiero asimilar bien todos mis sentimientos: algunas lágrimas caen sobre mis mejillas. Está tan cerca ya, pero a la vez tan lejos. Creo que cambiaré de opinión, necesito llegar ya, necesito abrazar al Apóstol, darle gracias por todo, por todos" (Miguel Perles Alabau)