Pensamientos, reflexiones, experiencias, historias y vivencias acerca del Camino de Santiago

Dibujos de la niebla

(Fotografía.- https://www.instagram.com/p/Bts_QDLITG9/)






La niebla ha dibujado
un paisaje único e indefinible.
Jamás pensé ni pude imaginar
que en ese camino infinito
el cielo se estaría besando
tan profundamente con la tierra...

Llueve

(Fotografía.- https://www.instagram.com/p/CEKZV0vCn-3/)




Llueve en silencio, que esta lluvia es muda
y no hace ruido sino con sosiego.
El cielo duerme.

Tan dulce es esta lluvia de escuchar
(no parece de nubes) que parece
que no es lluvia, mas sólo un susurrar
que a sí mismo se olvida cuando crece.
Llueve…

FERNANDO PESSOA

Dieciséis manos de tiraboleiro

https://www.instagram.com/p/CFNNErGjVuC/
(Fotografía.- Santy López)



Dieciséis alas que se aúnan para elevar al cielo el inmenso incensario. Dieciséis manos de tiraboleiro, desgastándose en el tira y afloja de las cuerdas. Vuela, vuela alto el botafumeiro, arqueándose en la nave del crucero, vaivén de gloria, perfume de Dios, diecisiete lapsos de tiempo eternizado, viene y va, viene y va, entre miradas atónitas y emociones contenidas, ondear solemne que abre las puertas del asombro.

El templo: la frontera sin guardia

(Fotografía.- Claudio Pupi)

Afuera queda el mundo, con sus ruidos y bullicios, su gente que pasa, sus tiempos con prisas, sus tristes soledades en tantas multitudes. Adentro, la quietud y el tiempo detenido, la paz queriendo abrirse paso en tantas batallas interiores, el silencio profundo restallando en el alma como un grito de Dios. Para eso está el templo: para ser refugio, albergue del alma, lugar de acogida para el que precisa escapar del mundo siquiera un momento. Las puertas abiertas para el creyente y para el descreído, para el que va de paso y para el que busca quedarse un momento a solas con Dios. O consigo mismo. El templo, la frontera sin guardia entre lo mundano y la trascendencia, la invitación al descanso y al cobijo del alma cansada de andar a la intemperie, del alma peregrina que, a veces, no sabe bien a dónde se dirige. El templo, metáfora del Templo infinito del Camino y de todos sus sagrados espacios, sin techos ni cúpulas, donde es posible escapar del mundo y dejar que Dios te atraviese el alma.

El viajero vuelve al camino

(Fotografía.- Mlinarić Antea)


"No es verdad. El viaje no acaba nunca. Sólo los viajeros acaban. E incluso éstos pueden prolongarse en memoria, en recuerdo, en relatos. Cuando el viajero se sentó y dijo: «No hay nada más que ver», sabía que no era así. El fin de un viaje es sólo el inicio de otro. Hay que ver lo que no se ha visto, ver otra vez lo que ya se vio, ver en primavera lo que se había visto en verano, ver de día lo que se vio de noche, con el sol lo que antes se vio bajo la lluvia, ver la siembra verdeante, el fruto maduro, la piedra que ha cambiado de lugar, la sombra que aquí no estaba. Hay que volver a los pasos ya dados, para repetirlos y para trazar caminos nuevos a su lado. Hay que comenzar de nuevo el viaje. Siempre. El viajero vuelve al camino" (José Saramago)

Congelado el tiempo

(Fotografía.- Robin Hackemesser)




Paralizado, congelado, el tiempo
va adquiriendo la pátina de estar atardeciendo,
otoñándose sobre el mar.

JOSÉ HIERRO

Mirar con todos los ojos

(Fotografía: Gabi Röhrl)




Peregrino del mundo,
si miras con todos los ojos,
amarás con todos los corazones.

RAMÓN MARÍA DEL VALLE-INCLÁN